viernes, 27 de septiembre de 2013

Crónica de un viaje. #DestinoMelilla

El primer viaje del equipo como club a Melilla a disputar un partido oficial se produjo el pasado domingo con motivo de la disputa de la 3ª jornada del V grupo de la 2ª división B que enfrentaba al Melilla FS B Coop Estopiñan y al CD Santaella 2010. Conoce los entresijos de un viaje histórico para el club. Y que, además, se saldó con victoria para los nuestros por 4 goles a 6 gracias, entre otras cosas, al póquer de goles conseguido por un Antoñito inconmensurable. Ahí va.



El día comenzaba pronto para los jugadores, sobre las 6:00h a.m, para poner rumbo al aeropuerto de Málaga, a unos 150km de distancia y con un tiempo de trayecto variable según que jugador se hiciese con los mandos del vehículo. A las 08:30h pasadas llegaría la expedición del equipo al aeropuerto de Málaga tras 1h y pocos minutos de trayecto desde tierras cordobesas. A partir de ahí en busca de la puerta de facturación 302 y/o 303 situada en la T3. Allí nos esperaba un más que simpático trabajador de Iberia Express empeñado en la más que imposible tarea de desinflar los balones para su viaje a Melilla. Obviamente no se pudo ejecutar la acción. Una vez todo facturado nuestro próximo destino sería la puerta D65 que nos conduciría hasta el embarque en el "avión" que nos llevaría a Melilla. Pasando el control policial algunos con más dificultades que otros llegamos a un momento de no retorno, quedaban 10 minutos para embarcar y algunos jugadores quería desayunar, así que no se lo pensaron y se enfilaron hacia la cafetería más cercana y a la vez más vacía, un Häagen-Dazs. En este establecimiento sufrimos uno de los momentos míticos del viaje. Y es que tres personas de nuestra expedición sufrieron uno de los mayores robos del año, les fue cobrado por un vaso de zumo natural de naranjas de "oro" una cantidad de 5€, ahí es na'.
Después de cruzar la pista del aeropuerto de Málaga en uno de esos autobuses que se usan llegamos al "avión" que nos ayudaría a cruzar el charco. Un avión tan discreto como sonoro que apenas 30 minutos después de su despegue, a las 09.50h, aterrizó en Melilla sin más contratiempos que la curva de última hora no prevista por nadie. A las 10.25h pisábamos tierras melillenses. Sin tiempo que perder recuperamos nuestro equipaje sin dificultades, percatándonos del buen estado de los balones aún sin haber seguido el consejo de nuestro amigo de iberia en Málaga. 

13 personas, 4 taxis y para el pabellón Lázaro Fernández. Sobre las 11.00h llegamos al pabellón, tiempo justo para cambiarse, calentar y a jugar el decisivo partido que terminó, como ya sabéis, con victoria 4-6. Desde este momento se olvidaron las prisas, había tiempo suficiente hasta las 17.45h que salía el vuelo de vuelta. Después de quemar calorías y dejárselo todo en el campo nada mejor que un buen almuerzo. Allí, cerca del pabellón, en la "Gran Vía" melillense había una muy apetecible terraza a la sombre que cumplía con todo los requisitos, buena, bonita y barata. Y, para no perder la costumbre, después de la comida el paseito de rigor finalizado con una café o té, sea del color que sea.
A las 17.00 poníamos rumbo al pequeño aeropuerto de Málaga, esta vez en coche particular de un aliado que nos encontramos en Melilla y al que aprovechamos para agradecerlo todo su esfuerzo. Ya en el aeropuerto se repitió la escena de los balones, la del bus, la del avión y todo lo demas, pero a la inversa. A las 18.30h pusimos pie en Málaga para, después de pagar una no barata tasa de parking, poner de nuevo rumbo a Córdoba y terminar así un viaje de 14h que sirvio para conseguir tres puntos y vivir un buenísima experiencia. 








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